Se encuentra ubicado en una plazoleta detrás de la plaza principal de Cusco. Este antiguo palacio y convento emerge después de años de restauración para convertirse en uno de los hoteles más exclusivos de la ciudad imperial con 55 exclusivos suites cada una enriquecidas con oxígeno.
Sus muros de piedra inca, el patio del claustro y la antigua fuente son testigos de un pasado señorial. Pero bastará adentrarse un poco más para descubrir el Cusco contemporáneo, un fabuloso spa, la primera piscina al aire libre de la ciudad y un elegante restaurante que ofrece lo mejor de la gastronomía local.